El ser humano, al igual que los demás seres vivos, es producto de la evolución, no aparecimos en la Tierra tal como somos ahora porque nunca deja actuar la evolución, porque las condiciones de vida constantemente provocan cambios.
El homínido se transformó en hombre, hecho a imagen de Dios, cuando adquirió la conciencia y logró un concepto del bien y del mal, es decir cuando “comió el fruto del árbol prohibido”; pero, aunque el cuerpo del hombre evoluciona, en términos generales seguimos siendo bárbaros, la historia de Caín se reedita a diario, asesinamos a nuestro hermano cuando saqueamos el planeta para obtener sus riquezas, cuando talamos de forma indiscriminada el bosque de Esmeraldas, cuando a diario destruimos miles de hectáreas del hábitat de la Amazonía, cuando traficamos con nuestros congéneres por el lucro ilegal.
Siempre ha habido líderes inescrupulosos que han aprovechado su posición para asuntos personales; Caifás urdió el asesinato del Maestro Jesús por temor a perder su poder político y económico; Tomás de Torquemada utilizó a la inquisición para asesinar a unas dos mil personas en el nombre de Dios; en los años 90 un pastor evangélico estadounidense que predicaba la moral por la TV por dos ocasiones fue descubierto en moteles con prostitutas; en Boston varios sacerdotes católicos que violaron a niños tienen al borde de la quiebra a la iglesia por las demandas civiles que plantearon los perjudicados; la mayoría de las personas si tuvieran la oportunidad de ganarse un salón lleno de artículos de oro procedería igual que Francisco Pizarro quien para asesinar a Atahualpa utilizó como pretexto el hecho de que éste arrojó al suelo la Biblia porque cuando la acercó a su oído no escuchó la palabra de Dios.
Lo dicho hasta aquí demuestra que hemos evolucionado biológicamente pero no en lo moral porque seguimos siendo malignos y manipuladores, la religión ha sido utilizada para realizar asesinatos, violaciones, torturas, para ganar ilícitamente grandes fortunas, para ser activista político.
Qué hacer para que el ser humano evolucione en lo moral; son pocas las personas buenas por lo que es indudable que las diferentes iglesias, sectas y religiones han fracasado en su objetivo primordial de hacer que el mensaje de Dios eche raíz en el corazón de los humanos; la inteligencia y el conocimiento son herramientas diabólicas cuando quien las usa es perverso, caso contrario no habría científicos trabajando en nuevas armas que destruyen la vida pero conservan las cosas o en nuevas drogas que crean adicción a la primera probada; entonces no es descabellado el asegurar que más importante que tener conocimiento es practicar las enseñanzas de nuestro hermano, el Maestro Jesús, y más importante que tener inteligencia es tener fe en el amor de Dios por todos sus hijos; este es el camino para que evolucionemos en lo moral y solamente puede ser recorrido por quien acepte en su mente y en su corazón el mensaje; para lograrlo no se necesita de intermediarios terrenales quienes de manera artera elevaron al Maestro a la categoría de Dios para hacerlo inaccesible al común de los mortales y vendernos caros sus servicios de intermediación celestial, sea en forma de bulas, de diezmos o de otras argucias, todo esto en franca oposición a las enseñanzas cristianas de nuestro Hermano Mayor; no hay duda que siempre se ha dado aquello de “Crear dificultades para vender facilidades”.
Tenemos que evolucionar en lo moral, caso contrario destruiremos el Planeta y con él a nosotros mismos.
El homínido se transformó en hombre, hecho a imagen de Dios, cuando adquirió la conciencia y logró un concepto del bien y del mal, es decir cuando “comió el fruto del árbol prohibido”; pero, aunque el cuerpo del hombre evoluciona, en términos generales seguimos siendo bárbaros, la historia de Caín se reedita a diario, asesinamos a nuestro hermano cuando saqueamos el planeta para obtener sus riquezas, cuando talamos de forma indiscriminada el bosque de Esmeraldas, cuando a diario destruimos miles de hectáreas del hábitat de la Amazonía, cuando traficamos con nuestros congéneres por el lucro ilegal.
Siempre ha habido líderes inescrupulosos que han aprovechado su posición para asuntos personales; Caifás urdió el asesinato del Maestro Jesús por temor a perder su poder político y económico; Tomás de Torquemada utilizó a la inquisición para asesinar a unas dos mil personas en el nombre de Dios; en los años 90 un pastor evangélico estadounidense que predicaba la moral por la TV por dos ocasiones fue descubierto en moteles con prostitutas; en Boston varios sacerdotes católicos que violaron a niños tienen al borde de la quiebra a la iglesia por las demandas civiles que plantearon los perjudicados; la mayoría de las personas si tuvieran la oportunidad de ganarse un salón lleno de artículos de oro procedería igual que Francisco Pizarro quien para asesinar a Atahualpa utilizó como pretexto el hecho de que éste arrojó al suelo la Biblia porque cuando la acercó a su oído no escuchó la palabra de Dios.
Lo dicho hasta aquí demuestra que hemos evolucionado biológicamente pero no en lo moral porque seguimos siendo malignos y manipuladores, la religión ha sido utilizada para realizar asesinatos, violaciones, torturas, para ganar ilícitamente grandes fortunas, para ser activista político.
Qué hacer para que el ser humano evolucione en lo moral; son pocas las personas buenas por lo que es indudable que las diferentes iglesias, sectas y religiones han fracasado en su objetivo primordial de hacer que el mensaje de Dios eche raíz en el corazón de los humanos; la inteligencia y el conocimiento son herramientas diabólicas cuando quien las usa es perverso, caso contrario no habría científicos trabajando en nuevas armas que destruyen la vida pero conservan las cosas o en nuevas drogas que crean adicción a la primera probada; entonces no es descabellado el asegurar que más importante que tener conocimiento es practicar las enseñanzas de nuestro hermano, el Maestro Jesús, y más importante que tener inteligencia es tener fe en el amor de Dios por todos sus hijos; este es el camino para que evolucionemos en lo moral y solamente puede ser recorrido por quien acepte en su mente y en su corazón el mensaje; para lograrlo no se necesita de intermediarios terrenales quienes de manera artera elevaron al Maestro a la categoría de Dios para hacerlo inaccesible al común de los mortales y vendernos caros sus servicios de intermediación celestial, sea en forma de bulas, de diezmos o de otras argucias, todo esto en franca oposición a las enseñanzas cristianas de nuestro Hermano Mayor; no hay duda que siempre se ha dado aquello de “Crear dificultades para vender facilidades”.
Tenemos que evolucionar en lo moral, caso contrario destruiremos el Planeta y con él a nosotros mismos.
